La cuarta esencia son las emociones. Estas son las que nos dan respuesta acerca de nuestra libertad ¿Las estás expresando o restringiendo? ¿Aceptas que estén allí o luchas contra ellas?

La diferencia entre saber gestionar tus emociones o no, es como vivir en libertad o en esclavitud, te voy a poner un ejemplo: Un amigo llega tarde a una cita, a ti se te despierta una sensación de incomodidad de la que no eres consciente. Al llegar tu amigo estás de mal humor y respondes mal al saludar o a cualquier cosa que dice. Todo esto lo haces inconscientemente, reaccionando a esa sensación interna. Esa emoción que se ha despertado en ti nace en algún momento de alguna experiencia pasada, sea sentirte poco valorado/a, abandonado, o la que sea en cada caso (son sólo ejemplos). Si le pones conciencia te das cuenta de que el hecho que haya llegado tarde no tiene nada que ver con tu malestar, el malestar es tuyo y el reaccionar de esa manera no va a cambiar la situación.

Está claro que somos humanos y que estas situaciones nos pasan con frecuencia. La diferencia la marcas tú: si reaccionas te estás limitando entrando en tu automatismo. En cambio, si lo sabes gestionar, incluso puedes compartirlo con esa persona pero siempre teniendo en cuenta que lo que pasa dentro de ti es tuyo y que nadie te puede hacer sentir mal si tú no se lo permites. Sí, lo sé, dicho así parece muy sencillo, pero en realidad no lo es tanto.

Por ello esta es una esencia importantísima a desarrollar ya que va a afectar a todas las anteriores. Una buena gestión emocional te va a permitir acceder a más recursos en cada situación en vez de limitarte a una respuesta automática. La forma como trabajes tus sentimientos puede establecer una gran diferencia en tu vida. Las emociones son humanas y dan textura, color y sensibilidad a la vida, ya que si no seríamos como máquinas. Eso define cuál es tu autoestima respecto a tus emociones.

Te dejo unas cortas preguntas para que valores como gestionas tus emociones y te invito a ponerles conciencia: